La Ecología en la
Educación
Desde su definición primera, la Ecología es una ciencia que
desarrolla su conocimiento por la consideración de la relación
organismo-entorno, pudiendo contemplar también la relación hombre-entorno y su
emergente cultura-naturaleza. Si bien la posibilidad de cualquier Ecología es
la condición humana, resulta en vano acentuar uno u otro de los términos de las
relaciones recién planteadas.
Con la Ecología se introduce un pensamiento organizacional,
donde la complejidad aparece en su dimensión más cabal. Ningún tema ecológico
puede ser abordado de forma simplista, creer que de esta manera se explica
mejor un problema ecológico es caer en el error. Dentro de esta visión no
disyuntora, ya no se plantea más la clásica antípoda naturaleza vs cultura, tan
utilizada por algunos movimientos ecologistas. La percepción de nuestro entorno
"natural" cambia a la par que generamos "cultura", la que
surge de nuestra naturaleza humana.
En la actualidad, estas cuestiones han llegado a alcanzar un
punto de inflexión donde se requiere incorporar tales a todo nivel dentro del
diseño educativo. Ha sido señalado que haría falta un "studium
generale" específicamente ecológico, a los fines de contener el
aislamiento y continua parcelación del conocimiento científico (Rock, 1990). Se
trataría de una Ecología generalizada a todos los temas y que,
incorporada dentro de cada especialidad, desarrolle un pensamiento e interés
creciente por la no disyunción de las relaciones organismo-entorno, dentro de
las cuales la humano-entorno es la centralizadora.
Es importante destacar que la ética ambiental no tiene
posibilidades si no contiene un potencial estético. Si éste no surge como
condición primera, todo se agota en administración tecnológica. Tanto es así
que el sentido ético y estético desarrollado en una población por su entorno
resulta preventivo y no se consume en la espera de la refacción del daño
ecológico. Es de notar también que gran parte de la educación ambiental surge o
es capítulo de la educación cívica y como tal, lleva implícito el compromiso
ciudadano por no ser ajenos a éstos los problemas cotidianos como la higiene,
la conservación, la administración de recursos y la mejora del entorno.
La educación en estos temas debe ser además actualizada
permanentemente, en muchos textos se tratan los temas ecológicos desde su
perspectiva "clásica" o "romántica", la que se corresponde
con conceptos de hace más de treinta años. En este sentido la educación debe
ser elucidante, debe resolver la confusión que generan algunas conceptos
metafóricos o metonímicos como por ejemplo, el del "equilibrio
natural" que reduce la idea de ecosistema a la de equilibrio, escamoteando
y achatando la dimensión evolutiva y de cambio que es propia a todo proceso
natural. Con formulaciones de ese tipo se corre el riesgo de generar
significados desalentadores que por lo general son antinómicos con la noción de
recurso natural y racionalidad, reforzando nuevamente la idea de hombre y/o
cultura contra natural que a nada conduce.
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